Hace unos pocos días, y en el Santo Sepulcro de Jerusalén, el patriarca ortodoxo de la ciudad, Theophilos III, y el arzobispo anglicano local, Hosam Naum, procedieron a consagrar el aceite con el que el rey Carlos III será ungido el día de su coronación el próximo mes de mayo y a la que, posiblemente, asista la princesa Leonor como representante de la corona española.
El producto se elaboró con aceitunas recolectadas en dos olivares del Monte de los Olivos, situados en los monasterios de la Ascensión y en el de María Magdalena. En este último hay la tumba de la princesa Alicia de Grecia, abuela del actual monarca. A su vez, el aceite fue perfumado con otros aceites esenciales de sésamo, rosa, jazmín, canela, ámbar o azahar, y se basó en una fórmula usada también para el aceite de coronación de Isabel II que se viene utilizando desde hace cientos de años.
Te podría interesar
La ceremonia que coronará oficialmente a Carlos III tendrá algunas novedades que se van conociendo poco a poco. La primera tienen que ver con el lado religioso de la ceremonia y la clara voluntad real de que sea ecuménica y multiconfesional para poder dar cabida en ella a las diferentes fes y confesiones de todos sus súbditos, tanto británicos como de la Commenwealth, a pesar de ser él el jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra.
También se sabe que no habrá una corona nueva para que la reina consorte, Camilla Paker, luzca en la ceremonia. De hecho, Camila ha preferido reutilizar la que la bisabuela de Carlos, la reina Mary, encargó al prestigioso joyero Garrard’s para su propia coronación en 1911 y que volvió a lucir en la de su hijo Jorge VI en 1937.
El primer acto oficial de la princesa Leonor
Otro de los aspectos llamativos de la coronación de Carlos III de Reino Unido es lo referente al protocolo con los demás monarcas europeos. Durante siglos la tradición ha dictado que ningún monarca en ejercicio, con excepción de los pequeños soberanos de territorios de la Commonwealth como el rey de Tonga, debería estar presente en la coronación de un rey británico.
Además, evitar la presencia de otros reyes en ejercicio evitaba el inconveniente de que, por cuestiones de protocolo, el nuevo soberano tuviese que ceder el paso a otros de sus primos coronados con más años en el trono que él. Una norma no escrita que se ha mantenido durante siglos y que, de aplicarse en esta ocasión, indicaría que Leonor, la princesa de Asturias, tendría que ser quien representase a la Casa Real de España.
¿Por qué Leonor sería la elegida? Básicamente, la hija mayor del rey Felipe VI y la reina Letizia, en su condición de Princesa de Asturias y ya por cumplir los 18 años, acudiría a la ceremonia como representante de España, dado que los monarcas no pueden asistir a la misma por protocolo.
Esta decisión no es para nada extraña, dado que desde el siglo XIII, los reyes de España han enviado representantes legales a las ceremonias en Reino Unido con excepción de las de Jorge VI e Isabel II, debido a que en ese momento no eran monarquía.