Es una triste realidad, llegar a fin de mes se antoja cada vez como un reto mayor para miles de familias en España. Por mucho que estén subiendo los sueldos, no está siendo un impacto positivo para los trabajadores, que ven como la inflación sube más que sus salarios en porcentaje, y que en el ámbito de impuestos, es una subida que implica más cobros por parte del estado en este sentido.

En octubre, el salario mínimo subió un 2,46 por ciento, que son un total de cinco puntos menos en comparación con la subida de la inflación, el resultado es tener trabajadores pobres en España. La tesitura real de un español trabajador está en la elección por descarte: pagar facturas, hacer la compra del mes o hacer planes con amigos y familia, normalmente, este tercero es que siempre se acaba cancelando.

El poder adquisitivo del trabajador español está por los suelos

Y esto se debe en parte a que en los últimos diez años, se han firmado menos convenios colectivos beneficiosos para los trabajadores que nunca. La única excepción palpable fue durante la pandemia. Si repasamos 2022, solamente se han firmado 762 acuerdos, lo que supone un 16 por ciento menos con respecto al mes de octubre de 2019, momento previo al inicio de la pandemia.

Pero, con los datos en la mesa, queda demostrado que los aumentos de salarios no están logrando paliar la inflación, ya que estos aumentos, en ningún caso, la igualan o la superan. La inflación está en estos momentos al 7,3 por ciento, pudiendo llegar a fin de año al 8,5 por ciento, mientras que las subidas de salarios no están llegando al 3 por ciento, entre 4 y 5 puntos menos que la inflación.

Para poner todo en contexto, aquellas familias que solían irse de vacaciones, ahorrar algo de dinero o salir entre semana, han visto como esa capacidad se ha ido perdiendo después de que se diese inicio a la guerra entre Rusia y Ucrania. Al final, donde más se nota este cambio negativo es en el carro de la compra, los españoles tienen un presupuesto ajustado, que les impide tener una lista de alimentos sanos en su carro de la compra, ya que paradójicamente, comer sano es mucho más caro que comer mal.

En definitiva, esta crisis económica nos está afectando a nivel físico y mental, y no parece que una solución vaya a llegar próximamente.

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