Probablemente ya hayas notado que la lengua de tu gato es bastante más áspera comparada con la de otros animales. Este rasgo intrigante, lejos de ser una casualidad, tiene su razón de ser en la sabiduría de la naturaleza. Entonces, surge la pregunta: ¿Cuál es el propósito detrás de la textura peculiar de la lengua de los gatos y qué beneficios les brinda?
La explicación es tanto fascinante como simple, y revela un aspecto de los gatos que quizás no conocías. Aquí te contamos por qué los gatos tienen la lengua áspera.
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La razón detrás de cómo es la lengua de los gatos
La textura única de la lengua de los gatos se debe a la presencia de minúsculas espigas orientadas hacia atrás, conocidas como papilas filiformes. Estas estructuras, semejantes a pequeñas espinas, son las responsables de la sensación particularmente áspera, no comparable con la lengua humana ni la de los caninos.
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Su textura recuerda al papel de lija, gracias a que dichas espigas están compuestas de queratina, el mismo material que constituye nuestro cabello y uñas. Esta configuración especial es la causa de la sensación de aspereza al ser lamidos por un gato.
Sin embargo, estas papilas no están asociadas al sentido del gusto, lo que significa que los gatos tienen una percepción limitada de los sabores, distinguiendo esencialmente lo dulce de lo salado. Por ello, los gatos se apoyan enormemente en su olfato para explorar el mundo que les rodea.
¿Para qué sirve la lengua de los gatos?
La ingeniería de la naturaleza raramente es arbitraria, y la singular estructura de la lengua del gato no es la excepción, desempeñando un papel crucial en el bienestar de estos animales: la higiene. Las peculiaridades de su lengua, con sus distintivas asperezas, están diseñadas para captar y esparcir la saliva de manera óptima a través de su pelaje durante el acicalamiento. Este proceso no solo ayuda a los felinos a distribuir la saliva uniformemente para refrescarse y regular su temperatura, sino que también cumple con una función de limpieza vital.
Los gatos dedican una buena parte de su día al aseo personal, lamiéndose meticulosamente. La lengua, actuando como un peine natural, les permite limpiar su pelaje con eficacia, eliminando la suciedad y resolviendo los enredos. Gracias a esta capacidad, pueden deshacerse del pelo muerto y evitar la formación de molestas bolas de pelo, minimizando así los riesgos para su salud digestiva.