El Árbol de Jade, también conocido como Crassula ovata o "árbol del dinero", es una planta suculenta que se ha convertido en un símbolo de prosperidad y buena suerte en muchas culturas. Para mantener tu Árbol de Jade saludable y vibrante, es esencial seguir algunas pautas de cuidado, y hay puntualmente tres consejos destacados: la poda regular, la siembra en una maceta grande y la fertilización adecuada.

La poda regular es esencial para fomentar un crecimiento saludable en tu Árbol de Jade. Eliminar las hojas secas o dañadas y recortar los tallos largos y delgados ayuda a la planta a concentrar su energía en el desarrollo de nuevas ramas y hojas es uno de los consejos para poder mantener de la mejor manera a tu planta.

El Árbol de Jade puede crecer de manera sorprendente si se le proporciona espacio suficiente. Opta por una maceta grande con buen drenaje para permitir que las raíces se expandan y respiren, y asegurate de que la maceta tenga agujeros en la parte inferior para evitar que el agua se acumule, lo que podría provocar la pudrición de las raíces. Trasplantar tu Árbol de Jade a una maceta más grande cada dos o tres años es una práctica más aconsejada.

Para que tu Árbol de Jade prospere, debes proporcionarle los nutrientes necesarios. Utiliza un fertilizante equilibrado específico para suculentas o cactus durante la temporada de crecimiento, que suele ser la primavera y el verano. Aplica el fertilizante diluido en el agua de riego aproximadamente una vez al mes, y evita la sobrealimentación, ya que un exceso de nutrientes puede dañar la planta.

Además de los tres consejos destacados, es fundamental prestar atención a otros aspectos de cuidado, como la exposición adecuada a la luz. Coloca tu Árbol de Jade en un lugar con luz indirecta brillante, evitando la luz solar directa durante las horas más calurosas del día. Riega la planta solo cuando el sustrato esté seco al tacto, lo que generalmente significa regarla cada dos semanas o más, dependiendo del clima y las condiciones de tu hogar.