En el proceso del enamoramiento hay una parte de estatus, de creencias, de educación. Pero, también debe de haber algo genético, pensó la antropóloga y bióloga Helen Fisher, de 77 años en el año 2005.
Así fue como creó un test para distinguir cuatro tipos de personalidad: explorador, director, negociador y constructor. Cada uno se asocia con un neurotransmisor o una hormona. “Es el único en el mundo basado en biología y validado por dos experimentos en el cerebro”, asegura la experta.
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Millones de personas lo han hecho en el mundo y al método de Match, propietaria hoy de las apps de citas Tinder, Hinge, OkCupid y Meetic, le dio un barniz científico.
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Desde entonces, Fisher es asesora científica de Match, aunque no está al corriente de las apps y sus algoritmos. Desde 2010 usa sus datos para sacar una encuesta anual llamada Solteros en EE.UU. con respuestas de 5000 personas.
La experta sugiere no llamarlas apps de citas
Fisher tiene tres ideas básicas sobre el alcance real de estas aplicaciones. La primera es que “son solo una manera nueva de hacer algo que nuestro cerebro hace desde siempre: un millón de años atrás nos encontrábamos en un pozo en el desierto, ahora por internet”.
La segunda, que “todos estos psicólogos que dicen que las apps harán que tener citas sea tan diferente son ridículos; no entiendo cómo la gente tiene tanto miedo de las nuevas tecnologías”.
Y la tercera y última, es que “no deberían llamarse apps de citas, sino de presentación”, para quitarles importancia.
Cómo usar mejor tu app de citas
Fisher ha revelado algunos trucos para usarlas mejor y no, no es solo poner fotos decentes en tu perfil.
Conoce entre cinco y nueve personas
“Hay mucha gente que me dice: fui a 30 citas en un mes y no encontré a nadie”, cuenta Fisher. “Bueno, por eso no encontraste: te estás ahogando en citas”. Nuestro cerebro no está preparado para escoger entre más de nueve opciones, dice Fisher. En ese caso, la persona se encuentra con muchas disyuntivas y al final no se queda con nadie.
Después, cierra la aplicación un tiempo
Después de ver a cinco, seis o siete personas, toca salir de la app. No buscar más. “Si realmente quieres conocer a alguien, sal del sitio y conoce al menos a una de esas personas mejor, porque los datos psicológicos muestran que, cuanto más conoces a alguien, más te gusta”, dice Fisher.
El ligar ha cambiado pero no es tan dificil
El cerebro y el amor no han cambiado, pero ligar sí: un like en una story de Instagram, un mensaje rápido de WhatsApp, un emoji que es perfecto, una canción compartida en Spotify. Antes era parecido, pero distinto: “Hace poco leía una novela de Dickens, y enviaban pequeñas notitas diariamente, debía haber mensajeros sin parar en Londres en 1800.
Además del modo cotidiano de ligar, Fisher también cree que hay algo más de fondo y menos tecnológico que ha cambiado en nuestra época: “Lo realmente nuevo es que las mujeres se han incorporado al mercado laboral. El crecimiento de la familia con dos sueldos provoca cambios en la forma de conocer gente, pero eso no hace que cambie el amor en sí”.
La gente busca menos sexo de lo que se piensa
Fisher tiene la certeza de que los más jóvenes (“en edad reproductiva”) tienen menos sexo que en otras épocas. Sin embargo, no cuenta con una respuesta concluyente sobre si las apps permiten tener más sexo con respecto a otras generaciones. “Aunque creo que sí”, dice.
Los hombres son tres veces más propensos a tener un rollo con la esperanza de que se convierta en una relación, según Fisher. "Nadie me cree. He dicho durante 40 años que los hombres se enamoran más a menudo, más rápido. Quieren presentar a la otra persona a amigos y familia antes. Quieren mudarse antes que las mujeres”, explica.