¿Os acordáis de cuando se puso de moda tirar pintura o tomate a un cuadro? Bueno, en realidad no ha dejado de estar de moda, aunque ha habido menos incidentes. Sin embargo, estos actos vandálicos perpetrados habitualmente por asociaciones ecologistas y otros movimientos civiles no saldrán tan baratos a partir de ahora. Sobre todo en Italia.
Las multas por hacer esto en el país italiano, por estropear obras de arte o bienes culturales que sean patrimonio de la región europea, rondarán entre los 20.000 y los 60.000 euros. Estas multas serán para aquel que "destruya, disperse, deteriore, desfigure, pintarrajee o use ilegalmente de total o parcial bienes culturales".
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El propósito del gobierno italiano no es otro que el de evitar imágenes grotescas en las que activistas lanzan sopas de tomate o directamente pintura sobre un cuadro u obras de arte de incalculable valor. El panorama político actual necesitaba mover ficha frente a estos actos vandálicos.
Las multas, desde luego, son ejemplares. "Los ataques a monumentos y lugares artísticos causan daños económicos a la comunidad. Su limpieza requiere la intervención de personal altamente especializado y la utilización de maquinaria muy costosa. Quienes llevan a cabo estos actos también deben asumir su responsabilidad económica", sentenció el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano.