Todos tenemos nuestros días difíciles en los que nada nos sale bien y creemos que 'el Universo' se ha puesto en nuestra contra, oscureciendo nuestro panorama y no dejarnos ver la solución está allí, dentro nuestro, y que es la llave para finalmente lograr un momento de felicidad en nuestras vida. En España, el problema de no saber como lidiar con el sufrimiento afecta cada vez más a más personas, tanto que solamente el 38% de españoles afirma que es feliz.

La psicóloga Gema Sánchez Cuevas afirma que lo que realmente podemos sentir en un día difícil depende de cada persona, pero hay una serie de emociones y de sentimientos comunes como la tristeza, la desesperanza, la desilusión, la frustración o incluso la angustia y en un lado más extremo el vacío; siendo lo común de todo ello el sufrimiento.

Aquí destaca la tendencia a evitar el sufrimiento que domina a nuestra sociedad y que tanto daño nos hace, y la confusión que hay entre el placer y la felicidad.

"Todo está bastante unido. El sufrimiento es inherente a nuestra vida. Está ahí y en muchas ocasiones lo experimentaremos. Y aunque, evidentemente, no sea algo que nos guste, es necesario transitar por ello, no huir de él como nos invita la sociedad en este momento a través del placer", afirma a Infosalus.

A su juicio, la huida nunca será el camino para estar mejor, pues todos tenemos heridas, conflictos y problemas, si los evitamos e ignoramos, aunque a corto plazo parece que desaparecen, estos se enquistan y nos pesan a largo plazo. Por ejemplo, las situaciones que más nos cuestan suelen ser la pérdida de un ser querido (tanto por el fallecimiento como por una ruptura), las experiencias de rechazo o no sentirnos aceptados por los demás, la enfermedad, las situaciones de maltrato y de acoso, el sentirnos inferiores y exponernos ante los demás (ya sea para hablar en público o dar una opinión).

Los obstáculos para alcanzar la felicidad

Muchos son los sentimientos negativos que no nos permiten alcanzar la plenitud, porque nuestra mente se obstina en centrarse en el problema y no en la solución. Uno de ellos es la sensación de inferioridad que muchas personas sienten frente a las demás.

Al respecto, Sánchez Cuevas ve importante reflexionar sobre cuánto de lo que nos contamos es verdad: "Realmente recurrimos a las comparaciones y el resultado de estas suele ser ese sentimiento de que no somos válidos pero, ¿este método nos asegura que la conclusión que saquemos es verdad? La respuesta es no. No porque comparamos personas distintas con historias distintas y características distintas".

Para ayudarnos, la psicóloga sugiere que podemos recurrir a la siguiente pregunta: ¿Qué criterios utilizamos para compararnos? ¿El dinero? ¿La belleza? ¿Las posesiones? "La respuesta nos dirá a qué damos importancia y luego nos toca indagar algo más: ¿Eso es importante verdaderamente para nosotros o para los demás?", asegura.

Otro aspecto que influye en nuestra felicidad es el conformismo, el evitar llegados a un punto enfrentarnos ante determinadas situaciones que, posiblemente, no merezcan la pena. Así, esta psicóloga aconseja en muchas ocasiones que es mejor estar en paz que intentar tener la razón a toda costa.

"El hecho de querer tener la razón crea muchas distancias y a menudo se han roto muchas relaciones o se han creado conflictos simplemente por ello, por creernos poseedores de la verdad, e intentar convencer al otro de lo que pensamos o incluso etiquetarlo como equivocado", argumenta.

En ocasiones, hay mucho egocentrismo en ello y mucho orgullo, dos obstáculos para crear vínculos fuertes y seguros.