SALUD EN RIESGO

Conoce la preocupante relación entre respirar aire contaminado y el aumento de infartos

Un revelador estudio vincula a las partículas suspendidas en el aire contaminado como las causantes de paros cardíacos como de muerte súbita.

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Un estudio ha apuntado la contaminación atmosférica como un factor relacionado con los infartos en las personas no fumadoras. El estudio publicado en la revista The Lancet Public Health destaca que el aumento de las concentraciones de partículas diminutas en el aire puede desencadenar paros cardíacos.

Para dicha investigación, los científicos recopilaron datos entre 2009 y 2018 y en ellos encontraron que los niveles de partículas diminutas del aire contaminado serían 25 veces más pequeñas que el ancho de un cabello humano. A estas partículas se las conoce como PM 2,5 (de 2,5 micrómetros de diámetro). Debido a su diminuto tamaño, estas se pueden inhalar muy fácilmente. 

El líder de la investigación, Joel Aik, quien es epidemiólogo de la Facultad de Medicina de Duke-NUS en la Universidad Nacional de Singapur, expuso que "hemos aportado pruebas claras de una asociación a corto plazo de las PM2,5 con el paro cardíaco extrahospitalario, que es un acontecimiento catastrófico que suele provocar la muerte súbita".

Las conclusiones del estudio

Para llegar a esa conclusión, él y su equipo estudiaron más de 18 000 casos notificados de paros cardíacos extrahospitalarios del periodo 2009-2018. Estos se compararon con los niveles diarios de contaminantes del aire durante el mismo periodo. Después, determinaron que 492 de los casos podrían atribuirse a aumentos en las concentraciones de PM 2,5.

Los investigadores analizaron las asociaciones entre la incidencia del infarto agudo y las concentraciones medias de contaminantes el mismo día que lo padecieron, el día anterior y en los tres días previos entre todos los pacientes y en función de sus características basales, y también se analizaron las asociaciones entre la incidencia del infarto agudo y los parámetros meteorológicos.

En cuanto a la contaminación, el infarto de miocardio fue significativa más frecuente en los días con altas concentraciones de óxido nítrico, con una incidencia un 1% mayor por cada 10 microgramos por metro cúbico de aumento.

El infarto de miocardio también era más frecuente cuando se registraba una concentración media elevada de partículas PM10 en los tres días previos al evento, con una incidencia un 4% mayor por cada 10 microgramos por metro cúbico de aumento, mientras que la incidencia del infarto entre los fumadores no se vio afectada por las concentraciones de óxido nítrico y partículas PM10.

En cuanto al clima, la incidencia del infarto de miocardio estaba significativamente relacionada con la temperatura máxima, reduciéndose en un 6% por cada 10 grados de aumento de la temperatura, pero no se detectó que existiera relaciona entre la incidencia y la duración de la luz solar o las precipitaciones.

Al probar reducciones hipotéticas en la contaminación del aire, los investigadores encontraron que una caída de 1 microgramo por metro cúbico se correlacionó con una reducción del 8% en los eventos de ataque cardíaco. Mientras que una caída de 3 microgramos por metro cúbico produjo una reducción del 30%. Esas reducciones se traducirían a 39 y 149 ataques cardíacos menos, hipotéticamente hablando.

Además, el estudio encontró una clara disminución en el riesgo de sufrir un ataque al corazón de 3 a 5 días después de la exposición a niveles más altos de contaminación. Esto sugiere que los efectos de las partículas contaminantes son a corto plazo.

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