Este martes, un informe forense reveló la trágica causa de muerte de un bebé recién nacido, incidente por el cual su madre había denunciado al hospital de Georgia y a otros implicados por decapitación durante el nacimiento, describiéndolo como un homicidio.
Según declaró la oficina del médico forense del condado de Clayton, Georgia, la muerte del bebé fue resultado de una fractura en el cuello y la subsiguiente separación de la cabeza, de acuerdo con un comunicado divulgado a CNN.
Jessica Ross, una joven de 20 años, interpuso una demanda en agosto contra el Centro Médico Regional Sur, acusándolo de intentar ocultar las circunstancias de la muerte de su hijo, Treveon Isaiah Taylor Jr., tanto a ella como a su pareja, Trevon Isaiah Taylor Sr., y a sus familiares.
Esta es la explicación del forense sobre el homicidio del bebé
La explicación detallada de la oficina forense indica que la muerte del hijo de Ross se debió a una "fractura-dislocación con sección completa de la columna cervical superior (C1-C2) y médula espinal". Esta fatalidad ocurrió por complicaciones durante el parto, incluyendo "distocia de hombros, detención del parto y atrapamiento fetal en el canal del parto", tal como se menciona en el comunicado.
El médico forense identificó la diabetes gestacional y la rotura temprana de membranas como factores significativos que contribuyeron al trágico fallecimiento de Taylor.
El hospital implicado se ubica en Riverdale, aproximadamente a 20 kilómetros al sur de Atlanta. El recién nacido, homónimo de su padre, llegó al mundo después de un embarazo de nueve meses, de acuerdo con el letrado de la familia que perdió a su bebé.
El parto de Ross ocurrió el 9 de julio, y durante el proceso, su médico intentó diferentes técnicas para facilitar el nacimiento, incluyendo la aplicación de fuerza en la cabeza del bebé. Sin embargo, el intento de parto enfrentó complicaciones debido a la distocia de hombros, un escenario donde los hombros del bebé quedan atrapados dentro del canal vaginal.
Según la denuncia, Ross acusa al médico de ejercer una fuerza excesiva, tanto de manera "grosera" como "negligente", sobre la cabeza y el cuello del bebé. Además, se señala que el facultativo falló en realizar una cesárea de forma "oportuna y adecuada", lo que desembocó en la decapitación y posterior muerte del recién nacido. La cesárea se llevó a cabo finalmente a las 3 a.m. del 10 de julio, tal y como se menciona en la demanda.