Desde el martes, efectivos portugueses, alemanes y británicos han iniciado un nuevo rastreo vinculado a la desaparición de Madeleine McCann hace 16 años, a raíz de una petición formulada por la Fiscalía de Alemania, donde permanece recluido el único sospechoso señalado hasta ahora por este caso, Christian Brueckner.

La búsqueda se concentra en torno a la presa de Arade, situada a unos 50 kilómetros de Praia da Luz, el lugar en el que se pierde la pista a la niña cuando se encontraba junto a su familia de vacaciones en el Algarve. El objetivo principal de los investigadores es dar con el pijama rosa que llevaba Madeleine McCann el 3 de mayo de 2007, la noche en la que fue sacada del apartamento mientras dormía. 

Las autoridades lusas han establecido un amplio perímetro y han prohibido que sobre la zona sobrevuelen aeronaves, incluidos drones. Por ahora, no se prevén búsquedas en el agua, aunque sí se ha desplegado una lancha y un equipo de especialistas en caso de que sea necesario, informa la televisión pública portuguesa.

Según medios locales, Brueckner tenía en su ordenador imágenes de esta zona, que señalan que la pista de un informador obligó a las autoridades alemanas a solicitar trabajos de búsqueda en el embalse. El caso está bajo secreto de sumario y el secretismo es máximo.

La confesión de Christian Brueckner en una carta

Al conocerse el inicio de la investigación, ha sido el propio Christian Brueckner quien ha escrito una carta, a la que ha tenido acceso Cuatro al día, afirmando que no ha estado en Praia da Luz desde 2016, un año antes de la desaparición de Madeleine. Además, ha deseado suerte a los investigadores en su búsqueda.

Sin embargo, la investigación de sus movimientos demostró, por el rastro de su teléfono móvil, que se encontraba cerca del complejo vacacional donde se hospedaban los McCann la noche en que Madeleine fue secuestrada. Además, el embalse de Arade era el "pequeño paraíso" de Brueckner, como él mismo describía el lugar, y pasaba largos períodos allí con su autocaravana.

El caso adquirió un nuevo rumbo en 2020, cuando la Policía alemana identificó a Brueckner como sospechoso de la desaparición de la niña. Este hombre, de 45 años, se encuentra ya cumpliendo condena y tiene pendiente también otro juicio por delitos sexuales perpetrados supuestamente entre 2000 y 2017.

Los padres de Maddie, Kate y Gerry McCann, publicaron este mes precisamente un mensaje en el que prometían "nunca rendirse" en la búsqueda, coincidiendo con el vigésimo aniversario del nacimiento de la pequeña.