Podemos volverá a intentar que el Congreso regule el consumo recreativo del cannabis mediante una propuesta de ley con la que pretende acabar con “la insostenible situación” de consumidores, autocultivadores, productores y clubes sociales, y que excluye el uso medicinal porque merece una norma “independiente”.
La “proposición de ley de regulación integral y control del cannabis en personas adultas” que Podemos ha registrado en el Congreso defiende que “sobran los motivos para que el Estado” regule el mercado de esta sustancia para poder ordenar y dar respuesta a la sociedad “frente a los retos que se plantean en relación al uso, producción y comercio del cannabis en personas adultas”.
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Vuelve a intentar así la legalización del cannabis con la que ya probó en octubre de 2021 con una propuesta que fue tumbada por la Cámara Baja, que sí que dio su sí final al uso terapéutico, pendiente aún de la decisión que tome el Ministerio de Sanidad ahora liderado por Mónica García.
Podemos afirma que “urge” una regulación
En Podemos están convencidos de que “urge” la regulación del uso medicinal, pero con “una ley independiente y distinta” a la que ahora han registrado, por lo que excluyen de la misma los usos y consumos terapéuticos, médicos o farmacéuticos del cannabis y la investigación ligada a los mismos.
Así, plantean un texto para acabar con la “insostenible situación” de consumidores, autocultivadores, clubes sociales y empresas dedicadas a la producción y venta mediante una ley que establezca “un marco jurídico para la regulación integral” de los productos del cannabis”, desde su producción y transformación hasta su consumo final.
“Revertir el enfoque prohibicionista basado en el control altamente punitivo de la planta del cannabis, sus flores y sus principios activos es una deuda pendiente con la sociedad”, y evitaría el despilfarro de recursos públicos, la proliferación de grupos violentos, la corrupción del narcotráfico o las economías sumergidas, defiende la formación de Ione Belarra.
Sin olvidar la autoculpa de los consumidores, las consecuencias legales, las sanciones abusivas o los prejuicios sociales y la estigmatización que sufren.
“Las personas contrarias a la regulación, independientemente de los argumentos que esgriman, pueden beber alcohol en altas cantidades hasta intoxicarse, sin que medie limitación alguna, en cualquiera de los más de 275.000 bares y restaurantes que hay en España”, lamenta.
“Controlado y responsable” del cannabis
Por eso sugiere que, al igual que podría hacerse con el alcohol, se realice un consumo “controlado y responsable” del cannabis, algo que “dificulta enormemente” su estatus ilegal.
También aduce que “carece de sentido el hecho de sancionar la tenencia de cannabis para uso personal en la vía pública, cuando el consumo en el ámbito privado no es sancionable”.
En su proposición, Podemos propone la creación de la Agencia Española de Control de la Regulación Integral del Cannabis (Aecric) como un ente público independiente, con sede propia y adscrito al Ministerio Derechos Sociales y Agenda 2030.
Un organismo que “tendrá la absoluta competencia” sobre las actividades de siembra, cultivo, cosecha, control, inspección, producción, extracción, elaboración, etiquetado, empaquetado, trazabilidad, control analítico, transporte, acopio, distribución, dispensación, venta y comercialización de los productos del cannabis.
La Aecric dispondrá de delegaciones territoriales con competencias a nivel autonómico para llevar a cabo sus funciones en esos territorios.