Taylor Lautner es un actor y modelo estadounidense conocido por su papel en la saga de Crepúsculo. Nacido en Grand Rapids, Michigan, Lautner comenzó su carrera en la televisión antes de saltar a la fama gracias a su papel de Jacob Black en la popular franquicia de vampiros. Desde entonces, ha aparecido en una serie de películas y programas de televisión, incluyendo Abduction, Cuckoo y Scream Queens.

Además de su trabajo en la pantalla, Taylor Lautner es también un entusiasta del deporte y ha practicado artes marciales desde una edad temprana, ganando varios campeonatos en su juventud. A pesar de su juventud, Lautner ha demostrado ser un actor versátil y talentoso, y es considerado una de las estrellas emergentes más prometedoras de Hollywood.

Con su buen aspecto, habilidades atléticas y dotes de actuación, Taylor Lautner tenía todo lo necesario para desarrollar una larga y exitosa carrera en el mundo del entretenimiento. Sin embargo, algo pasó con Crepúsculo que obligó al actor a buscar otras vías profesionales. Algo que tiene que ver directamente con el fandom de la franquicia.

Los problemas de salud mental derivados de la fama

Durante su aparición "The Toast", el podcast de Entertainment Weekly, Taylor Lautner ha hablado de sus problemas de salud mental y la agorafobia que desarrolló después de filmar Crepúsculo. "He estado muchísimos años sin apenas salir a la calle, sin abandonar mi casa", explicó la estrella de Hollywood. "Si lo hacía, me tenía que poner las gafas de sol y la gorra, y andaba todo el rato asustado".

"Empezó a crecer dentro de mí algo que no sabía identificar", siguió explicando Taylor Lautner acerca de sus problemas mentales derivados de la fama y el reconocimiento públicos. "No me di cuenta, pero tenía un miedo real a salir de casa. Me causaba mucha ansiedad, así que me quedaba en mi hogar. Cuando volví a ir a un supermercado y no me reconocieron, me sentí libre".

"Es curioso porque... Durante la época de Crepúsculo, estaba frustrado", admitió Taylor Lautner. "Lo único que deseaba era tener una vida normal. Pero, cuando ya no hay fama ni reconocimiento, te empiezas a cuestionar si le importas a las personas. Cuando la fama se ha ido, aunque sea un poco, lo identificas. Y eso es muy peligroso, ya que empiezas a jugar con tu mente y a tener pensamientos intrusivos".

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