La designación de incapacidad permanente es un estado en el cual el empleado tiene derecho a recibir una pensión económica debido a la inhabilidad para trabajar a causa de una enfermedad o lesión que restringe su capacidad laboral. Estas asistencias buscan, según el portal de Seguridad Social: "compensar la disminución de ingresos que enfrenta un trabajador cuando su capacidad laboral se reduce o anula debido a enfermedades o accidentes".
La retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) varía según el grado de invalidez en los casos de incapacidad permanente. Aquellos que reciben ingresos por incapacidad absoluta o gran invalidez están exentos del IRPF. Sin embargo, aquellos con incapacidad total o parcial deben presentar el IRPF. Esta diferencia en la tributación de la incapacidad permanente conlleva diferentes implicaciones fiscales.
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Cuánto pueden incrementar la pensión
Es importante destacar que, sin importar el grado de invalidez, las personas por incapacidad no cotizan a la Seguridad Social. Además, cualquier otro ingreso o renta junto con la pensión puede estar sujeto a pago de este impuesto.
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El grado de incapacidad, según Seguridad Social puede ser: parcial, total. absoluta o de gran invalidez, la última categoría tiene un grado alto de dependencia. En el caso de la pensión por incapacidad total, el monto inicial representa el 55% de la base reguladora. No obstante, algunos beneficiarios tienen la posibilidad de aumentar este porcentaje un 20%, llegando así al 75% total de la base reguladora.
Estas son las pensiones que pueden incrementar su prestación
- Los mayores de 55 años, debido a su falta de preparación general o especializada y a las circunstancias sociales y laborales del lugar de residencia, se presume que tienen dificultades para obtener empleo en la actividad distinta de la habitual.
- Aquellos trabajadores que, al alcanzar la edad jubilatoria, acceden a una pensión derivada de contingencias comunes por no cumplir con los requisitos para la pensión de jubilación.
- En el caso de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, la prestación se incrementará, dependiendo de la gravedad de la falta, entre un 30% y 50%, por ejemplo cuando la lesión sea causada por máquinas, artefactos o en instalaciones, centros o lugares que carezcan de los dispositivos de precaución reglamentarios, los tengan inutilizados o en malas condiciones.