CAMBIO CLIMÁTICO

El calor amenaza a los mejillones del Mediterráneo español

El calor ha arrasado 150 toneladas de mejillón comercial y 1.000 toneladas de cría. Los productores tendrán que comprar en Italia o Grecia los pequeños moluscos para hacerlos crecer nuevamente.

Los mejillones mueren antes de poder crecer.
Los mejillones mueren antes de poder crecer.
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La intensa ola de calor que ha atravesado España este verano, aparte de provocar una intensa sequía, ha afectado negativamente a la economía. Tal es el caso de los acuicultores que se dedican a la pesca de mejillones en el Mediterráneo.

"Aquí no queda nada", lamenta el acuicultor Javier Franch mientras sacude la pesada cuerda de mejillones que acaba de sacar a la superficie. Están todos muertos. Las aguas del Delta del Ebro, en el noreste de España, rondan los 30 grados y quien no ha extraído sus moluscos a tiempo los ha perdido.

Pero eso no es lo peor: la mayoría de crías para el próximo año tampoco han resistido a una de las olas de calor marinas más intensas en el Mediterráneo español.

"Las altas temperaturas nos han acortado la temporada", lamenta Franch, quien, a sus 46 años, lleva casi 30 trabajando en la empresa que inició su padre y calcula que este año ha perdido el 25% de su producción.

El calor ha arrasado 150 toneladas de mejillón comercial y 1.000 toneladas de cría, según las primeras estimaciones de los productores, que calculan que perderán más de un millón de euros, ya que ahora tendrán que comprar en Italia o Grecia los pequeños moluscos para hacerlos crecer.

"Cuando pasa una semana con el agua a más de 28 grados puede haber mortalidad, pero este verano ha sido casi un mes y medio", con picos de casi 31 grados, resalta el gerente de Fepromodel, Gerardo Bonet.

Las altas temperaturas fueron fatales para las poblaciones de mejillones.

En condiciones normales, las dos bahías del Delta generan unas 3.500 toneladas de mejillones y 800 de ostra, lo que sitúa a Cataluña como la segunda región productora de España, aunque muy por detrás de Galicia.

Las consecuencias

Asediado por la erosión y la falta de sedimentos que lo están hundiendo en el mar, el rico ecosistema del Delta del Ebro, reserva de la biosfera y una de las zonas húmedas más importantes del Mediterráneo occidental, es especialmente vulnerable ante el cambio climático.

Aquellas poblaciones que no soporten estas elevadas temperaturas "van a sufrir lo que nosotros llamamos mortalidades masivas", explica Emma Cebrián, bióloga marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

"Imagínate un bosque, es como si el 80% o 60% de los árboles muere, con el impacto que esto tiene en la biodiversidad asociada", agrega.

La sucesión de olas de calor en la superficie ha generado otra en el mar que, a la espera de analizar todos los datos en noviembre, puede ser "la más fuerte" en esta zona del Mediterráneo desde que comenzaron los registros en los años 80, adelanta.

En su conjunto, el Mediterráneo occidental ha sufrido este verano una ola de calor marina con temperaturas "excepcionales", unos cuatro o cinco grados por encima de las habituales, según la asociación de institutos especializados en oceanografía Mercator Océan International.

Cebrián compara estas olas cada vez más extremas con las consecuencias de los grandes fuegos en superficie: "Uno puede tener impacto, pero el incendio recurrente probablemente no va a dejar que las poblaciones afectadas sean capaces de recuperarse".

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