El Banco de España ha confirmado las perspectivas negativas del país al advertir que en los próximos trimestres, España encarará una ralentización económica y se tendrá que lidiar con una inflación más alta durante más tiempo del previsto, luego de darse a conocer la primera valoración pública sobre la situación económica tras el verano.

"Se espera que la actividad económica se ralentice, penalizada por los mismos vientos en contra que afectan a las previsiones económicas globales y europeas (inflación, incertidumbre, crisis energética, endurecimiento de las condiciones de financiación...)", ha advertido Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del supervisor, quien prevé además que se den "altos niveles de inflación que persistirán más tiempo del que se había anticipado".

La institución ha resaltado que a pesar del fuerte crecimiento económico que ha experimentado España en el segundo trimestre, del 1,1%, no ha sido suficiente para conseguir que el país recupere el nivel de actividad previo a la pandemia. 

El PIB de España se sitúa todavía a 2,5 puntos de recuperar el que tenía en diciembre de 2019. La inversión en bienes duraderos es la que se encuentra todavía más alejada de los niveles de 2019, mientras que en la Eurozona ya se han superado; seguida del consumo privado  y de las importaciones de servicios.

El empleo no se recupera

El empleo sí se ha recuperado ampliamente en número de trabajadores, superando los 20 millones de afiliados, aunque es cierto que medido en número de horas trabajadas sigue estando un 0,2% por debajo de los niveles de 2019. Hay menos trabajo, pero se reparte entre más personas.

"En España, la contribución del ocio, la restauración y el turismo al aumento de los precios de consumo en el último año ha sido significativamente mayor que la observada en el área del euro, tanto por los superiores incrementos de precios en estas partidas como por su mayor peso en la cesta de consumo”

Según el Banco de España, la evolución de la inflación dependerá de factores externos como la severidad de la crisis energética, debido a que "la economía española se vería afectada materialmente por un corte completo del suministro de gas de Rusia. Aunque el impacto sería menos acusado que el experimentado en otros países europeos".

De cara al cuarto trimestre del año, el organismo alerta de otros factores que podrían influir de forma crítica en el crecimiento de la inflación, como es la evolución de los márgenes empresariales y las subidas de sueldos pactados en convenio, lo que podría afectar directamente a la competitividad.